Desde que tengo uso de razón mi tiempo se mide en cursos. El año del calendario solo me sirve para las canciones que enseñan los meses del año.
Mi principio del año real es septiembre. Mes de incertidumbres, de nervios, de nuevos proyectos, de renovadas ilusiones, de tantas y tantas cosas indefinidas.
El mes de septiembre es un puzzle de horarios, actividades, profesores, alumnos, fechas en la agenda. Es un mes que me produce vértigo, pero al que a la vez espero ansiosa.
Ya está aquí, ya llegó. Le pondremos la mejor cara posible, tomaremos aire despacio y confiaré en que, como siempre, al final todo cuadra, todo se coloca y el resto del curso fluye.
Las puertas de la Isla están preparadas para ser abiertas una vez más, por 12º año. Pequeño cambio de imagen, aire renovado, pero la misma ilusión de siempre y el mismo amor por la música.
El barco de La Isla está a punto para zarpar. Abrimos nuestras puertas esta tarde a las cinco. Bienvenidos al curso 2013-14.
¡A por ellos! Con tanto trabajo bien hecho y tanta ilusión, seguro que todo marchará bien. Ánimo.
ResponderEliminarPara mí también es el mes del inicio, más que enero, jejeje. Seguro que va a ir todo genial y este nuevo curso es todo un éxito. A tu lado estaremos para verlo. Besitos
ResponderEliminarCon el buen trabajo realizado y ese precioso barco del cuadro seguro que la travesía será un éxito. Once años de experiencia son muchos años y avalan el buen hacer de todos los profesionales de la música que han pasado por "La Isla". El décimo segundo será, seguro, mejor que todos los anteriores. ¡Buena suerte!
ResponderEliminarPues ya sabéis que yo soy de las que estoy allí el primer día a primera hora, pero ayer tuve toda la tarde ocupada y no pude ir, así que me pasaré hoy para comenzar la aventura de este nuevo curso...lo primero, como tú dices, cuadrando horarios de aquí y de allá...
ResponderEliminarHasta la tarde!!
Te deseo toda la suerte del mundo y más, Isabel. Y que sepas que si no nos separara tanta distancia este año tendríais dos nuevos alumnos. Me da tanta pena... No conozco ninguna escuela mejor para inculcar a mis hijos el amor por la música, y eso es posible no solo por tu talento y tu profesionalidad, también por tu mágica complicidad con los niños.
ResponderEliminarUn besazo!